BIENVENIDOS...

Actually, for some time now I have given some thought to opening a film school. But if I did start one up you would only be allowed to fill out an application form after you have walked alone on foot, let’s say from Madrid to Kiev, a distance of about five thousand kilometres. While walking, write. Write about your experiences and give me your notebooks. I would be able to tell who had really walked the distance and who had not. While you are walking you would learn much more about filmmaking and what it truly involves than you ever would sitting in a classroom. During your voyage you will learn more about what your future holds than in five years at film school. Your experiences would be the very opposite of academic knowledge, for academia is the death of cinema. It is the very opposite of passion”

Werner Herzog…

jueves, 11 de marzo de 2010

Análisis de género...


Por lo visto en la clase creo que a este cuento podría colgarsele el epíteto de Tragicomedia ya que se desenvuelve de una forma no realista. Sus cuatro personajes son en realidad bastante simples, sólo tres tienen "voz", el último, la mujer del tipo de la sala de espera, es meramente referencial. Pero en cuanto al conflicto, creo que es complejo. El tema aquí es la alienación del empleo, la disolución del hombre, al menos de lo "humano" en él, la indolencia instrumental, no lo sé, quizás el conflicto no es que el personajo sea miserable tanto como cuando no tiene trabajo, como cuando lo encuentra y es brutalizado, ni siquiera la búsqueda del trabajo en sí, sino el hecho de que el hombre de la sala de espera se de cuenta, pero no "pueda" hacer nada más al respecto. Esta es quizás la perspectiva que podría -al menos debería- adoptar el lector.
Podríamos aplicarle algunas de las funciones proppianas, aunque no son del todo claras y delineadas, están más bien implícitas, o latentes, pueden -o no- aplicarse (como a casi cualquier historia por muy supuestamente enrevesada que sea, Chelis y yo las aplicamos a Pedro Páramo... quizás lo único improppiable sea el absurdo):
La Función I, alejamiento. Se cumple con el hecho de que Oliverio haya sido corrido del trabajo, en vez de que sea uno de los otros miembros "de la familia" el que se aleja, es él que se aleja de la familia, pero se provacan las mismas consecuencias, se guardan las mismas implicaciones.
La Función II, prohibición. Se cumpliría más bien en su forma inversa, que es la propuesta. Aquí se cumple con la oferta del periódico, el anuncio del trabajo, que el personajo sigue.
La Función III, transgresión. Bueno, aquí pasa lo mismo, Propp establece que la función II y III, constituyen un elemento doble, como estamos en la forma inversa de la prohibición, de igual modo, en vez de prohibición hay ejecución de la propuesta, porque el personajo acepta la oferta del periódico.
La Función IV, interrogatorio. Esta función obedece a la introducción de un nuevo personaje dentro de la historia, el agresor del protagonista, que corresponde a la Gorda hosca, aunque no hay precisamente una pregunta, sí hay una "conversación", emprendida por el agresor que sirve para que comience el "engaño" para dañar al personajo, por lo tanto corresponde al segundo tipo de la función.
La Función V, información. El agresor recibe respuesta a "su pregunta", en este caso la respuesta del personajo es la acción de entrar al domicilio de la Gorda, que sirve de igual modo a ceñir más la red del agresor, a poner al personaje más a su merced.
La Función VI, engaño. El agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes. En este caso el engaño funciona como la contratación y envío al patio del personajo por parte de la Gorda. Es la primera forma de engaño, la persuación.
La Función VII, complicidad. El personajo se deja engañar y ayuda al ir al patio a su enemiga, a pesar de él mismo.

Estás siete funciones primeras son las que Propp reconoce como la parte preparatoria del cuento, cuya intriga será reanudada en el momento de la fechoría.

La Función VIII, fechoría. El tipo de fechoría aquí corresponda a la número Seis, El agresor hace sufrir daños corporales. La Gorda hosca, sabe lo que le depara al personaje al ir al huerto a ejercer su trabajo, el ataque de los cuervos. Aunque quizás no le importa de manera particular, es una mala más indolente que cruel.
La Función XIX, mediación. En esta función de lo que se trata es de que aparezca el héroe -buscador-, quien se entera de la fechoría, aquí el tipo concreto de la función se torna un tanto confuso, porque el héroe es testigo de la desgracia, así que podría ser del tipo tres, El héroe se va de su casa, sobre todo porque en este tipo es una decisión personal sin intervención de otro personaje mandatorio o suplicante.
La Función X, principio de la acción contraria. Constituye el grito interpelatorio del hombre de la sala de espera.
La Función XI, partida. Es cuando el héroe sale de su ámbito doméstico en busca de la víctima, aunque aquí podría ser, aunque supondría una anacronía -un tanto contradictoria- el momento en el que el hombre ingresa a la sala de espera.

Los elementos ABC^ representan el nudo de la intriga. Sin embargo aquí rompo la ruta del héroe, porque no habrá prueba del futuro donante, ni reacción del héroe, ni recepción del objeto mágico, ni desplazamiento, ni combate, ni marca, ni victoria, ni reparación del daño inicial. Cesasan las funciones para dar lugar a una sentencia que clausura abruptamente la cuesta del héroe, al imponerle un destino indefectible -casi trágico, aunque te burles Carlos Hugo, en el sentido ático- a nuestro personajo. Se cuelan la fatalidad y el absurdo, y pues más nada...

Espantajo...

Estoy quebrado, No hay trabajo.
Hace tres meses me mandaron los tipos de la oficina al carajo. El desayuno desde entonces ha consistido en un feliz diario, una gacetilla local en la cual se publican los anuncios oportunos. Desafortunadamente a todos les parezco inoportuno.
El papel y la tinta me tienen empachado, no “hay con que” ir al baño.
Mí suerte emula el gris mugroso y apestoso del periódico.
Martes 13, hoy ha aparecido un anuncio que parece convenirme:
“Solicito espantajo, prestaciones de ley, un día de descanso, capacitación y oportunidad de asenso”.
Recorté torpemente el anuncio, me puse mi viejo saco de pana, el de los codos parchados y me fui para la dirección que el anuncio ofrecía.
Toqué el timbre, abrió una mujer gorda con tubos gigantescos en su no más pequeña cabeza. Era una negra hosca iniciando los cuarenta. Ojos castaños drenados, secos.
Antes de poder hablarle, dijo con un ronquido vomitivo entre.
Lo hice. Lo siguiente que escuché: Está contratado, vaya al patio.
Desfilé con la dignidad indigna del empleado. Un corredor angosto y largo. Mi cabeza asume su forzosa posición agachada. El ritmo de mis viejos zapatitos me acondiciona, me adormece...
Afuera. Un letrerito oxidado pintado en rojo biológico enuncia: “Huerto de quimeras”. Me sequé el último sudor de la frente. Me bajé las mangas, hundí mis hombros y me subí a la cruz que me anhelaba.
Me puse el sombrero de paja...

Entramos hasta lo más recóndito, mi mujer y yo. Nos aunamos a la atestada sala de espera. Vimos por la ventana que un hombre era atacado por hermosos cuervos azulados. Interpelamos a toda la sala. Nadie dijo Nada. Grité. ¡Pero si le están sacando los ojos con saña!...
La corpulenta patrona replicó, después de un prolongado tosido arrobado, No importa, el que está ahí colgado, no es más que un simple espantajo...


Luis Javier Pedraza…

sábado, 6 de marzo de 2010

Plano secuencia -tedioso, según el gay de Pasolini- Fijo...

La dirección le tocó a Gabo. AdrianIta y yo hicimos fotografía, al alimón como dicen los taurinos. Fue interesante para nosotros, porque "perdimos" un buen rato iluminando la locación. Teníamos varias complicaciones, para empezar rodar de noche con cámara de video, con una sensibilidad bastante pobre, a través de una ventana -mugrosa, porque es muy ñoño que las cosas estén limpias en las pelis-, en una locación un tanto amplia. En cuanto a la composición intentamos hacer una especie de mala comoposición "bien" compuesta, o viceversa. La cámara estaba en un exterior, algo lejos de la ventana, a unos dos metros. Metimos tres lámparas chinas de 300 watts, una que servía de key y fill -dependiendo la ubicación de los personajes- sobre la puerta principal de la casa, que usamos además como bandera para recortar la luz. Otra desde la habitación de Gabo, para fondear iluminando el pequeño patio y la plantita del otro lado de la ventana de la parte trasera. Pusimos un foco de 100 watts detrás de una de las molduras de la ventana para iluminar a Juan José y a Zita, a Juanjo le incidía casi en 90º, y a Zita en 45º -cuando se acerca a la ventana- formándole un Rembrandt, la recortamos un tin con una hoja de papel. Javi sólo tenía un foco de 100 watts cenital. En la cocina había dos focos de 75 watts, recortados con la puerta de la misma. En el Bar, metimos un foco de 60 watts detrás del vitralito para colorearlo, y lo difuminamos con una pantalla china y se recortó con hojas de papel. Hubo igual, otros cuatro focos de 100, distribuidos por el techo de la habitación.

Monumental y acrobático plano secuencia...

Esta semana sólo me tocó actuar, hicimos el plano secuencia bajo la dirección de María Rosa y Fotografía de Adrián. Una historia simple que se contó bien con el plano secuencia, gracias a la eficiencia y pragmatismo característico de María Rosa. Acabamos en dos horas, con un ritmo de trabajo, bastante relajado. Rose hizo una especie de steady cam, de contrapeso para la cámara con unos tubos transversales, que funcionaron bastante bien para estabilizar la toma.

lunes, 1 de marzo de 2010